La disfunción eréctil es la dificultad o incapacidad para lograr o mantener una erección del pene que dé lugar a una relación sexual satisfactoria. También se conoce como impotencia sexual, aunque actualmente se ha dejado de usar este término en el campo médico.
Afecta a muchos hombres y aumenta con la edad, pero para poder considerarla una alteración es necesario que se manifieste de forma persistente.
Existen diversos tipos de disfunción eréctil:
- Impotencia coeundi: incapacidad para mantener un coito.
- Impotencia erigerandi: incapacidad para lograr la erección del pene.
- Impotencia generandi: incapacidad para procrear aunque se produzca la penetración.
- Impotencia psíquica: la erección depende de problemas mentales.
El principal síntoma de la disfunción eréctil es un cambio en la calidad de la erección. Si la causa es física, normalmente se presenta la incapacidad para tener una erección al despertarse por la mañana. Si se origina por causas psicológicas, la disfunción eréctil se produce durante un periodo de tiempo concreto.
Las causas de la disfunción eréctil pueden ser tanto físicas como psicológicas o una combinación de ambas. Pueden ser de tipo psicológica, vascular, neurológica, hormonal y farmacológica.
- Causas psicológicas: pacientes con depresión, estrés o ansiedad, así como problemas en la pareja.
- Causas vasculares: es muy habitual y puede ser por colesterol alto, hipertensión arterial diabetes, tabaquismo o pacientes que han recibido tratamiento de radioterapia.
- Causas neurológicas: se dan cuando hay una lesión en los nervios implicados, por ejemplo con pacientes que tienen lesiones en la médula espinal.
- Causas hormonales: son poco frecuentes. Se deben a la falta de hormonas sexuales masculinas.
- Causas farmacológicas: existen medicamentos que pueden tener como efecto secundario la disminución de la capacidad de tener una erección.