Hay mujeres que tras una ligadura de trompas se plantean ser mamás, ya sea por primera vez o para aumentar la familia. Las circunstancias que nos rodean cambian con el paso de los años, y una decisión tomada tiempo atrás, puede que no tenga sentido años después. Afortunadamente, hoy sabemos que esta técnica, que hace una década se consideraba como un método de planificación familiar permanente, actualmente puede revertirse, eso sí, mediante una cirugía mayor.
La ligadura de trompas consiste en impedir mediante un procedimiento quirúrgico el paso de los espermatozoides hacia las trompas de Falopio, evitando de este modo la fecundación del óvulo. Los problemas vienen cuando se intenta recuperar la antigua función de este órgano.
Hay dos formas de lograr un embarazo después de una ligadura de trompas: mediante una reversión de la ligadura, o con una fecundación in vitro (FIV).
La primera opción, si se realiza antes de los 40 años, ofrece altas posibilidades de éxito, alcanzando hasta un 70% de embarazos en mujeres menores de 35 años.
Así y con todo, el buen pronóstico de esta reversión dependerá de cada paciente en concreto y del estado de la intervención, si bien es cierto que en caso de que en la ligadura se haya extirpado la trompa o una parte importante de ella, la reversión será imposible.